Quiero tenr un huequito en este blog para recordar a mis amigas, las de toda la vida.
No he tenido, ni tengo muchas amigas, pero creo que de lo que carezco de cantidad lo tengo de calidad. Especialmente quiero mencionar a Mary O y a Paloma. Somos amigas desde pequeñas, esas amigas de barrio con las que juegas casi a diario y con quienes empiezas a salir y conocer mundo.
Por circunstancias de la vida Mary O se marchó muy jóven a vivir a un pueblecito de Toledo. Se casó pronto y se fue dónde la vida le ofrecía más posibiliddes, amen del trabajo de su marido. Con ella viví mi infancia y eso marca mucho,... las primeras confesiones y los primeros secretos; había mucha complicidad.
A Paloma le conocí precisamente por Mary O. Ellas eran compañeras de colegio y acabamos por ser amigas las tres. Con quien más me he ido de juerga y de vije ha sido con ella......¡cómo nos los pasábamos en las discotecas!, ¡cuánto nos gusta el bailoteo!. El destino quiso también que se marchara un poquito más lejos, a Portugal, también por amor.
Evidentemente, con la distancia se enfrían las amistadas. Fuimos muy negligentes perdiendo el contacto entre nosotras, pero el hado también en este caso quiso ser caprichoso y nos buscamos por internet, y nos encontramos después de..... veinte años. Y nos vimos. Comprobamos gratamente que la vida no nos había tratado del todo mal, no habíamos cambiado tanto. En el tema personal.... bueno cada una ha tenido su experiencia, pero eso pertenece a la intimidad y desde luego yo la voy respetar.
Una de esas veces que nos vimos fue en Salamanca, porque es un lugar a medio camino entre Portugal y Madrid y así nos perjudicábamos o beneficiábamos por igual. Fue un fin de semana memorable, lo pasamos muy bien y rememoramos viejos tiempos, las tres solas y de marchuqui.
Desde entonces seguimos la relación, más o menos fluida, a través de la red, siempre con la promesa de volver a repetir ese fin de semana e chicas que ya se está haciendo esperar, pero que no dudo que en cualquier momento lo haremos.
Que diferentes son las dos...pero las quiero.
Amigas, si leéis esto, que sepáis que os llevo en mi corazón y que os extraño, a veces, maldiciendo la distancia porque en ocasiones os he necesitado; y deciros que para lo que queráis... aquí me tenéis.
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